jueves, 20 de mayo de 2010

EL TIEMPO: de la muerte al laboratorio -ANTROPOLOGÍA FORENSE


EL TIEMPO: de la muerte al laboratorio -ANTROPOLOGÍA FORENSE

Uno de los trabajos más importantes en los procesos legales es la fijación del tiempo transcurrido entre la muerte del individuo y el hallazgo de sus restos.

Si sólo quedan huesos el proceso se complica, porque pueden permanecer intactos cientos de años. Y miles, pero esto ya pasaría al ámbito de la paleoantropología o de la paleopatología, no al de la antropología forense.
En líneas generales, el proceso de descomposición depende de si los restos están al aire libre, bajo tierra, bajo el agua, del calor o frío, de la composición del terreno, y en último lugar de los factores físicos del propio individuo.
Se emplea además la estimación química del deterioro de los restos encontrados con el cuerpo, si los hay: ropa, zapatos, metales.

Las fuerzas post-mortem que modifican el cuerpo son:
1) desarrollo bacterial, sobre todo intestinal.
2) invasión de insectos y actuación de roedores y animales carroñeros.
3) destrucción enzimática de los tejidos.
4) temperatura y humedad ambientes.
5) terreno ácido o básico (húmedo o seco).
Afectan además las condiciones pre-mortem:
1) circunstancias de mayor o menor violencia en la muerte.
2) condiciones de salud, deterioro, enfermedades, del individuo en vida.

Respecto al punto 1) añadiremos que, por ejemplo, una herida en el abdomen lleva a una putrefacción mucho más rápida que un disparo en la cabeza.
(El estudio de los insectos necrófagos no lo hace el antropólogo, sino el entomólogo forense. Eso de las películas en que el “CSI” de turno entiende absolutamente de todo es eso: películas. En la realidad hay un verdadero ejército de especialistas).

criminologia02.jpgLa descomposición corporal tiene efecto en ocho fases sucesivas:
1) inmediatamente después de la muerte aparecen larvas de Callíphora y Musca, que incuban 8 o 10 días, apareciendo entonces la crisálida.
2) comienza el olor, y la aparición de los insectos Sarcophaga, Lucila y Cinomia.
3) se acentúa el olor y la grasa corporal amarilla; aparecen los insectos Dermester y Aglossa, lo que indica de 3 o 6 meses en climas templados y fríos y 1 mes en climas cálidos.
4) la fermentación atrae a coleópteros de color metálico, y a veces insectos voladores: añadamos 1 mes.
5) fermentación amoníaca, con insectos Ophyra.
6) los ácaros absorben los líquidos remanentes y llevan los restos a la desecación: ha transcurrido un año.
7) diversos coleópteros colonizan cabellos, tejidos y materiales naturales.
8) llegan los coleópteros Ptinus y Tenebrio a los músculos que aún queden: han transcurrido tres años, en climas templados o fríos. En climas cálidos todo el proceso puede completarse en 18 meses.
Como vemos, los insectos, y por tanto el entomólogo forense, son auxiliares inapreciables en la data de los restos. No explicaremos aquí las variables del cuerpo sumergido en ríos, que son muchísimas, tantas como la composición de las aguas, de los cauces y de su flora aledaña; ni las de la profundidad del enterramiento, en que hay que tener en cuenta la humedad, composición del suelo, presiones mecánicas y profundidad del nivel freático. En suelo seco y arenoso, el cuerpo se descompone en 6-7 años; en suelo húmedo, en 9-10, a veces hasta 20. Y, por supuesto, con las variables de consistencia y peso del individuo, su estado de salud en vida, etc.
Un largo y complicado proceso.