martes, 8 de abril de 2014

15 Nuevas 'Emociones Compuestas' Identificadas Por Científicos

15 nuevas 'emociones compuestas' son identificadas por científicos Estas 'nuevas' emociones podrían ayudar a la evaluación de trastornos psiquiátricos en el futuro Hasta hace poco, los científicos solo habían identificado seis emociones humanas: alegría, tristeza, temor, enojo, sorpresa y disgusto. Estas “categorías de emociones”, como les gusta decirles a los científicos cognitivos, se definen por los músculos faciales que utilizamos para expresar cada emoción. "El problema con eso es que no podemos entender completamente nuestro sistema cognitivo… si no estudiamos todo el espectro de emociones que nuestro cerebro puede producir”, dice Alex Martinez, un profesor de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos. En un nuevo estudio publicado esta semana en la revista PNAS, Martinez y sus colegas identificaron 15 “emociones compuestas” adicionales que resultan de la combinación de las emociones básicas, como si combináramos los colores primarios azul y rojo para crear el morado. Estas "nuevas" emociones son distinguibles entre sí, dicen los investigadores. Por ejemplo, “felizmente sorprendido” es muy diferente de “temerosamente sorprendido” o “felizmente disgustado”. Los científicos no están seguros de cuánto se aprende de nuestro comportamiento de expresión facial, y cuánto es innato. Pero creen que una gran parte debe ser biológica porque todos los humanos utilizan los mismos músculos para expresar una emoción específica. Por ejemplo, cuando las personas expresan “felicidad” levantan sus mejillas, parte de sus labios y sacan las esquinas de su boca. A medida que las dos áreas de estudio avancen, dice Martinez, podremos entender mejor qué ocurre en nuestros cerebros cuando sentimos una emoción. Piensa en el cerebro como un programa computacional que intentamos decodificar. En el pasado, cuando los científicos intentaban analizar los algoritmos del cerebro con solo seis emociones conocidas, se estampaban con una pared. Con 21 emociones, podrían tener mejor suerte al descifrar cómo funciona. Las emociones recién identificadas podrían impactar futuras investigaciones en trastornos psiquiátricos como esquizofrenia o trastorno por estrés postraumático, dicen los autores del estudio, así como investigación en trastornos del desarrollo como el autismo. También podría utilizarse para crear mejores sistemas de interacción humano-computadora. Por ejemplo, en Japón, los ingenieros intentan crear un robot que pueda interactuar naturalmente con los humanos, dice Martinez. A la población que rápidamente envejece en Japón le faltan cuidadores jóvenes, y este robot podría ser un compañero para los mayores. "Para hacer eso, necesitas tener un sistema que pueda reconocer las expresiones del usuario”, dice Martinez. Identificar nuevas emociones también podría ayudar a personas que tienen prosopagnosia; un trastorno cognitivo que previene que alguien distinga entre diferentes rostros o expresiones faciales. Cuando Martinez y sus colegas comenzaron su experimento, no esperaban que todas las 21 emociones compuestas fueran verdaderas categorías de emociones. “Estaba felizmente sorprendido”, bromeó. Rossy Sanz

domingo, 26 de mayo de 2013

LA MENTE CRIMINAL ...


En un capítulo de “Los Simpsons”, Bart y Lisa miraban por televisión un especial del payaso Krusty en la cárcel de Springfield. Viendo cómo los presos festejaban y aplaudían al payaso, Lisa comenta: “En el fondo, todo criminal tiene un corazón de niño”, a lo cual Bart responde: “Y viceversa”.
¿Qué crea a un asesino? ¿A qué se debe su proliferación en sociedades modernas? No han faltado explicaciones de este fenómeno que crea pánico y se vive como amenaza: se ha hablado de deficiencias biológicas, de peculiaridades genéticas, de coeficientes de inteligencia; se han rastreado malos tratos en la infancia, familias disfuncionales y condicionamientos para la agresividad; los psiquiatras han trazado cuadros psicopatológicos y los detectives, perfiles; y la literatura y los medios han añadido un equívoco elemento inhumano, monstruoso pero seductor.
Todos los estudiosos del tema coinciden en este punto: la mente de un asesino no se desarrolla de golpe, sino que es el producto de un proceso que invariablemente comienza en la niñez. Los asesinos no empiezan cuando cumplen los 25 años y dicen “bueno, me parece que voy a empezar a atacar sexualmente a las mujeres y quemarles los pechos”. Se trata de algo que se inicia muchos, muchísimos años antes y va desarrollándose dentro de un ciclo.
En todo caso la tan mentada “mente criminal” es una actitud antisocial fundamentada en los prejuicios de una sociedad incapaz de trazar unas normas equilibradas de convivencia. Donde se fuerza a los individuos socialmente despreciados a vivir juntos, lo que desencadena en una visión colectiva de apatía y desquite contra quienes ellos entienden los marginan.
El fenómeno de los asesinos ha tenido desde antaño, numerosas repercusiones sociológicas, psicológicas, médico forenses, policiales, biológicas, antropológicas o criminológicas entre otras, que motivan algunas confusiones, tópicos e imprecisiones que pretendemos aclarar a partir de la lectura, al menos intencionadamente. La intención apriorística es la de aclarar o aportar información a un concepto fuertemente estereotipado en nuestra sociedad, que despierta a su vez atracción y fascinación, y del que por supuesto no podemos olvidar la morbosidad de quienes lo provocan, o de quienes lo explican en ocasiones.
No se nos escapa la repercusión mediática del fenómeno, las abundantes publicaciones, películas o novelas que se refieren a psicópatas desalmados, locos peligrosos o depredadores sexuales que atemorizan a la sociedad, generan frecuentemente alarma social injustificada y, en el fondo, desinforman respecto a la verdadera naturaleza de la delincuencia. En este sentido, intentaremos aportar luz y no confusión al mundo de los asesinos en serie, desde una perspectiva psicológica, criminológica y médico forense. Asesino en serie, en masa, o itinerante; Psicópata, esquizofrénico, enfermo mental, violador, parafílico, retraso mental, inmadurez, fantasía, incompetencia parental, o modelos motivacionales entre otros, serán términos que nos ayudaran a centrar y conocer mejor el mundo de la delincuencia y el índice de maldad.
Se ha tomado como marco de referencia algunas anotaciones de psicopatología criminal aplicada para matizar el análisis que se presenta en este libro sobre algunos de los delincuentes más peligrosos que existieron en los Estados Unidos. Se harán acotaciones investigadas sobre el “modus vivendi” y el “modus operandi”, para finalmente realizar una correlación de las principales características conductuales.
Sin embargo entre estas, existe una constante que se llama “triángulo homicida” que los especialistas han encontrado que casi todos los asesinos en serie tienen en su adolescencia. Abuso o torturas de animalitos o de niños menores edad; enuresis, o sea orinarse en la cama en los mismos años, y provocar incendios durante esa etapa. Pueden comenzar a los diez u once años, desmembrando la muñeca de su hermanita. Es posible que el niño no pase de ahí o luego se zafa.
Para iniciar con el análisis, se hace una breve descripción del padecimiento conductual conocido actualmente como “Trastorno Antisocial de la Personalidad”, antes, llamado personalidad antisocial o psicopatía, entre otros. Este padecimiento es una manifestación clínica específica de un trastorno primario en la adopción y adaptación de un individuo a las normas y/o reglas disciplinarias o sociales. Su manifestación siempre se puede considerar como conducta antisocial presentándose sin que importe la situación o las personas que van a ser afectadas. Es también un cuadro clínico generalmente irreducible. Es común encontrar este tipo de personalidad en sujetos que están en instituciones penitenciarias o en algunos hospitales psiquiátricos.
Mencionaremos elemento presente en todos los seres humanos como la agresividad y el instinto sexual que están en las bases de su personalidad y correctamente utilizados potencian comportamientos que aseguran la supervivencia individual y colectiva (defensa y reproducción). La dirección y el control de estos factores, mostrados con intensidad variable a lo largo del desarrollo personal y de un modo variado entre los distintos individuos, puede estar en la base de comportamientos asociales concretados en actos conceptuados como “agresión sexual”, por estar dirigidos contra víctimas que los padecen.
Entre otros objetivos pretendemos dar a conocer qué es un asesino serial. Saber si un asesino nace o se hace. Conocer cómo es la infancia de un psicópata. Mencionar los factores decisivos en el desarrollo de un asesino en serie. Analizar que motiva a un asesino a cometer tales crímenes. Descubrir cuál es su perfil psicológico. Descifrar de qué manera el psicópata elige a su presa. Acercarnos un poco a su modo de vida. Diferenciar entre un asesino en serie y un “spree killer”. Saber cuáles son las causas que dificultan la captura de un psicópata. Mencionar a los asesinos más peligrosos del mundo. Saber cómo ve la sociedad a un multi-homicida.
En este libro se resumen estudios e identifican variables de causa etiología desde las perspectivas biológicas, sociológicas y psicológicas. No pretendo ser exhhaustivo proveyendo profundidad de análisis sino limitarme a identificar algunas de las principales variables asociadas con la conducta criminal. La presente obra es indispensable para conocer de forma amplia y completa todos los campos de actuación que engloba la Psicología y Psiquiatría Forense, se convierte en un manual de referencia necesario, tanto para profesionales como para estudiantes universitarios. Cada capítulo ofrece un tratamiento extenso, y a su vez asequible, de los contenidos teórico/prácticos desarrollados en cada caso.
Analizaremos las bases biológicas, los factores sexuales, los factores sociales, las distorsiones cognitivas y la personalidad de los agresores sexuales y encontrar aspectos distintivos permitirá concluir si debemos hacer caso de los tópicos o de las ideas apriorísticas que al respecto existen y cómo las investigaciones confirman si algunos de estos aspectos pueden o no ser señalados como integrantes del perfil de este tipo de “agresores-delincuentes”. En consecuencia, qué tipo de acciones preventivas o reeducadoras se pueden establecer teniendo en cuenta los mencionados aspectos.
De los profesionales y de los investigadores criminales mostraremos una clasificación de los homicidas que nos permita adentrarnos en el tema, es decir, no nos basaremos en una taxonomía psicológica o científica en esta primera parte. Existen útiles subdivisiones de los homicidas que resultan ser valiosas al momento de comprender el fenómeno. Homicida según el orden del lugar de los hechos. Según la planeación del crimen y las evidencias dejadas en el lugar de los hechos.
Diferentes profesiones pueden llegar a estar involucradas en el estudio de la enfermedad o trastorno mental. Principalmente, son los psiquiatras y psicólogos los que se interesan por lo psicopatológico, pues a su vez participan del tratamiento, investigación acerca del origen de los cuadros clínicos, su manifestación y desarrollo. En un plano más general, muchas otras especialidades pueden participar de otros estudios de la psicopatología. Por ejemplo, los profesionales de las neurociencias pueden centrar sus esfuerzos de investigación en los cambios cerebrales que ocurren en una enfermedad o trastorno mental. Mientras que los psiquiatras se interesan particularmente en la psicopatología descriptiva, que se ocupa de la descripción de los síntomas y síndromes que llegan a configurarse en una enfermedad o trastorno mental.
En este sentido esta obra resulta particularmente clarificadora debido a que contiene también valiosa información histórica referida a autores, teorías, corrientes y escuelas, sin descuidar lo atinente a los diagnósticos, la terapéutica y los conceptos médico-legales. Además constituye una valiosa herramienta para el conocimiento adecuado de los temas psiquiátrico- jurídicos cuyo desconocimiento, en algunos casos, podría ser determinante de algún grado de responsabilidad profesional. Es por ello que será de utilidad no sólo a los peritos médicos sino, también, a todos aquellos profesionales ligados a la práctica forense tales como psicólogos, jueces, abogados y policías.
LA MENTE CRIMINAL • Ricardo Badillo Grajales
Publicaciones Puertorriquenas

sábado, 22 de mayo de 2010

Crimen y Ciencia Forense


¿Qué es Ciencia Forense?


Algunas de las claves que los criminalistas encuentran no pueden ser vistas a simple vista; algunas son hasta más pequeñas.
La definición del diccionario de ciencia forense es la aplicación de prácticas científicas dentro del proceso legal. Esencialmente esto se traduce en investigadores altamente especializados o criminalistas, que localizan evidencias que sólo proporcionan prueba concluyente al ser sometidas a pruebas en laboratorios. Parte de la evidencia que hallan a menudo no puede ser vista a simple vista, a veces es hasta más pequeña. La ciencia forense ahora usa de manera rutinaria ADN en delitos seriamente complejos, solucionando muertes a partir de estos bloques estructurales de la vida.

Mientras los criminales han desarrollado maneras cada vez más ingeniosas de quebrantar la ley, nuestras fuerzas policiales han tenido que idear maneras más efectivas para someterlos a la justicia. Incluso cuando pareciera que un criminal desapareció sin dejar rastro, los detectives se percataron hace ya un buen rato que esto simplemente no es cierto. Con cada contacto que establecemos con un lugar, objeto o incluso otra persona, se deja una presencia física. Todos sabemos que las huellas dactilares y las fundas de una bala pueden delatar a un ladrón, pero ¿sabías que las fibras, los cabellos extraviados e incluso hasta el sucio de tus zapatos pueden implicarte en una investigación criminal?. De hecho, casi todo lo que se encuentra en la escena de un crimen puede ser sometido a prueba y usado como evidencia para probar o refutar la presencia de un sospechoso.



Criminalistas

Los criminalistas, es decir las personas que se encargan de reunir, analizar e interpretar la evidencia forense, trabajan en el lado más duro de los crímenes no resueltos.La profesión está conformada por una variedad de diferentes disciplinas y especialidades.

Investigadores de la Escena del Crimen

Aunque es el personaje de ficción a la orden del día, el trabajo de un Investigador de la Escena del Crimen es de todo, menos glamouroso. Ellos son responsables de acopiar evidencia como fibras, huellas dactilares, cabello u otras partículas del lugar del crimen. Una buena parte de su trabajo es asegurarse de que la evidencia esté a salvo y sea transportada sin contratiempos al laboratorio. Los Investigadores de la Escena del Crimen no siempre son oficiales de policía, muchos son especialistas en investigaciones profesionales. Pero sea quien sea el que realice la tarea, su trabajo es asegurarse de que la escena del crimen esté documentada y fotografiada en mínimo detalle. Los Investigadores de la Escena del Crimen demandan tan poca actividad como sea posible en el lugar del delito; esto evita que cualquier evidencia o claves potenciales sean destruidas o alteradas.



Analista de Huellas Latentes

Estos criminalistas son responsables de hacer copias de las huellas halladas en la escena del crimen y contrastarlas en una base central de datos, con las huellas conocidas de criminales. Su trabajo incluye huellas dactilares, huellas de la palma de la mano y huellas de pisadas. Nuestras huellas dactilares son completamente únicas y permanecen inalteradas a lo largo de nuestras vidas. A pesar de que el fundamento para identificar a un sospechoso por huellas latentes no ha cambiado en casi un siglo, los métodos para archivarlas y compararlas sí lo han hecho. Sigue existiendo una fiabilidad constante en las huellas dactilares y la tecnología ahora juega un rol crucial en el archivo y comparación de las huellas. Programas de reconocimiento, digitalización y bases de datos enormes, hacen que el trabajo de un analista de huellas sea ahora más fácil y eficiente.


Analista de Armas de Fuego

Los crímenes por arma de fuego van en aumento; sólo el año pasado tuvieron un incremento sostenido del 3% en el Reino Unido. Como consecuencia, los servicios de analistas de armas de fuego están en constante demanda. Entrenados para reconocer armas y municiones, estos profesionales analizan las propiedades balísticas de las balas y construyen un gráfico de lo que pasó con ellas una vez que dejaron el arma.Los investigadores de armas de fuego también establecen claves vitales en la escena del crimen. Por ejemplo, su responsabilidad es determinar cuan alejada estaba la víctima del arma o, si el disparo fue realizado a distancia, estimar la trayectoria de la bala. También comparan balas y sus fundas bajo un microscopio para corroborar el tipo de arma que se usó para dispararla.



Analista de Marcas de Herramientas

Las herramientas son utilizadas con frecuencia en crímenes, por ejemplo una palanca que es utilizada para abrir una ventana. Y al igual que una huella dactilar puede delatar al delincuente, las marcas de armas dejadas en pinturas, mastique, yeso o madera pueden ser igualmente incriminatorias. Las herramientas tienen características distintivas, no sólo su diseño físico, sino también el material con el que fueron fabricadas. Las marcas de estriación del metal a partir del cual son forjadas las herramientas pueden ser comparadas, correspondidas y usadas como medio para lograr que se produzca un arresto. Las marcas de deslizamientos y los cortes hechos por las herramientas en otros materiales también pueden revelar una buena cantidad de información bajo un microscopio comparativo.


Analista de Documentos

Las pistas de papel han sido desde hace tiempo un apoyo principal para lograr una sentencia. Pero existen otros métodos que el analista de documentos tiene a su disposición. El análisis detallado de la escritura de alguien por ejemplo, o la inspección de las propiedades físicas y químicas de una tinta o papel en particular. A veces, al probarse que un sospechoso ha eliminado una parte de un documento se puede evidenciar y establecer una línea de acusación. Un polvo conocido como Lycopodium puede ser esparcido sobre un documento para revelar la presencia de restos de goma de un borrador. Los documentos quemados tampoco se deshacen siempre de la evidencia; los investigadores rocían el papel chamuscado con una solución vinil diluida para endurecer y proteger los restos carbonizados. Los papeles pueden entonces ser fotografiados y analizados en el laboratorio.


Analistas de Evidencia

A lo largo de nuestra vida, vamos recogiendo y depositando constantemente diminutas muestras de material: polvo, piel, fibras y toda clase de cosas. La mayoría pasa totalmente desapercibida. Sin embargo, cuando se comete un crimen serio todos estos ejemplos de evidencia se convierten en una fuente de gran valor para los criminalistas. No importa cuan cuidadoso sea un criminal tratando de cubrir las pistas que deja, es imposible deshacerse completamente de ellas. En ocasiones un par de fibras de ropa puede ser la única pieza sólida de evidencia que tiene la policía para seguir adelante. Un cabello de la víctima puede haberse escondido debajo del asiento de un carro, o las fibras de alfombra pueden haberse adherido a las suelas de los zapatos de la víctima. Algo que parece tan insignificante puede terminar probando las acciones de un criminal.


Científicos Forenses

Esencialmente, una armada de expertos científicos, los científicos forenses se especializan en todo, desde odontología hasta insectos.Es su experiencia científica y su juicio professional, lo que ayuda a conformar el cuerpo de la evidencia.


Patólogos

Expertos en entender cómo funciona en vida el cuerpo humano, los patólogos están igualmente bien informados en la descomposición gradual que tiene lugar una vez que la llama se ha extinguido. De hecho la muerte es el insumo de su ocupación. Estos médicos altamente especializados determinan los cambios estructurales y funcionales que tienen lugar en un cuerpo. Hacen esto utilizando una gran variedad de métodos, usualmente durante la autopsia.

El patólogo examina el cuerpo abriéndolo para inspeccionar los órganos internos y establecer la causa de la muerte. Por ejemplo, el proceso gástrico deja de funcionar en el momento en que se produce la muerte, por lo que analizando la comida sin digerir que quedó en el estómago, se puede obtener una idea de lo que sucedió en las horas y minutos anteriores al evento. Por supuesto, los patólogos también trabajan con los vivos. A menudo son solicitados para determinar cómo se ha producido una herida durante un asalto o violación. El Colegio Real de Patología se refiere a su trabajo como una ciencia oculta.




Antropólogos

Durante una investigación en la que un crimen se remonta a años o incluso décadas atrás, los antropólogos forenses se suman a la investigación para analizar los restos de esqueletos. Su experiencia puede a menudo ser vital para construir el perfil biológico de una víctima. Detalles como edad, sexo, raza, altura y peso pueden ayudar a una identificación efectiva. Pero no antes de una examinación inicial para determinar si los restos son de hecho humanos.

Si hay sospecha de juego sucio, el antropólogo forense estimará los huesos buscando evidencia de violencia o trauma. Por ejemplo, signos de heridas de puñal o huesos rotos. A los investigadores antropólogos se les pide a menudo que visiten el sitio donde fueron localizados los restos y que ayuden a exhumar el cuerpo.



Odontólogos

Los archivos dentales son con frecuencia unos de los métodos más efectivos para identificar un cuerpo. Al igual que las huellas dactilares, los dientes de todos son diferentes. La forma, el tamaño, la alineación, las astillas y caries quedan registradas en minucioso detalle cuando los dentistas chequean nuestros dientes. Los odontólogos piden estos archivos y los contrastan con cualquier marca de mordisco que se encuentre en la escena del crimen o los comparan con los dientes de un cuerpo sin identificar. Los odontólogos mandan a hacer rayos X de los dientes del cadáver antes de compararlos con los archivos dentales de personas desaparecidas.

La primera vez que los dientes fueron utilizados para identificar cuerpos fue en 1849, luego de un fuego en la Ópera de Viena.


Entomólogos

Los entomólogos han sido utilizados en varias ocasiones en investigaciones de asesinatos, de manera más notable en el caso del asesinato de Lydney en 1961, en Gloucestershire, Inglaterra. La víctima había sido hallada durante los meses del verano en avanzado estado de descomposición y llena de gusanos.

El profesor Keith Simpson, el científico pionero asignado a la investigación, comprendió que las moscas sólo dejaban huevos en la carne muerta cuando ésta estaba a cierta temperatura. Luego de fijarse en qué estado del ciclo de vida se encontraban los gusanos, Simpson determinó con éxito el tiempo de muerte. Se encontró un sospechoso principal; los cargos por asesinato y el encarcelamiento se efectuaron poco después.




Pesquisidores/Examinadores Médicos

Al final, son los analistas médicos y los pesquisidores quienes lideran el equipo de ciencia forense. Estos últimos son en general asignados a supervisar las averiguaciones y no necesariamente tienen habilidades forenses o médicas. Los examinadores médicos por su parte son patólogos entrenados con amplia experiencia en el área forense. Los pesquisidores que no tienen experiencia forense normalmente designan a un examinador médico como su asistente.

Los examinadores médicos trabajan en paralelo con la policía, y les proporcionan sus hallazgos a lo largo de la investigación. Son responsables de fiscalizar la investigación forense y presentar los resultados en la corte. También son responsables de la identificación del cuerpo, determinando el tiempo y causa de muerte, y de firmar el certificado de muerte.



El FBI

La Oficina de Investigación Federal (FBI, según sus siglas en inglés) es el brazo investigador del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Establecida en el edificio J. Edgar Hoover de la calle Pensilvania de Washington DC, esta gran organización emplea 11500 agentes especiales y consume un presupuesto anual de US$ 4.3 billones.

Mientras que la responsabilidad de la CIA es alertar a los Estados Unidos de las amenazas foráneas, la principal responsabilidad del FBI es encargarse de la inteligencia en suelo estadounidense. Las preocupaciones principales son terrorismo, crimen organizado, tráfico de drogas, crimen cibernético y negocios de evasión de las altas finanzas, conocidos como crímenes de cuello blanco. El FBI también actúa con otras agencias extranjeras que resguardan la ley, en un intento por contener el crimen global.

La historia de los federales se remonta a 1908, cuando nueve detectives y un grupo de contadores fueron contratados para investigar un creciente fraude de tierras durante un período de rápida expansión en los Estados Unidos. Desde entonces el FBI ha investigado innumerables casos y su salón de famosos delincuentes incluye a: Al Capone, Bonnie y Clyde y el brutal ladrón de bancos John Dillinger.



En el Lugar

Puede que el crimen haya ocurrido minutos, meses o inclusive años atrás, pero el sistema es siempre el mismo…



Valorando el escenario del Crimen


Una escena del crimen segura.
En el instante en el que llega la policía a la escena del crimen, se llevan a cabo de manera rigurosa y estricta una serie de procedimientos. La razón de esto es simple: puede que los lugares de los crímenes luzcan desolados, pero de hecho están llenos de evidencia que conectan a un delicuente con un crimen. Es vital que las claves no sean alteradas, contaminadas o destruidas; el fracaso en la implementación de estas prácticas puede poner en riesgo el caso entero.

La primera acción es valorar la extensión del lugar y aislar el área con un cordón, bien sea un solo cuarto o una calle completa. Toda la evidencia debe ser preservada tal y como fue encontrada. También es crucial que el número de personas que irrumpen en el escenario del crimen se limiten al mínimo posible (sí, incluso el de los detectives) ya que toda persona que entra puede introducir material que confunda. Para hacer concesiones en esto, los oficiales establecen un registro de todas las personas que entran y salen del escenario del crimen.

Los oficiales luego determinan si el sitio es un escenario primario o secundario del crimen; si fue el lugar donde se llevó a cabo el delito o si es el lugar al que el sospechoso se desplazó una vez cometido el crimen. También tratan de establecer los puntos de entrada y de salida del sospechoso.





Localizando la Evidencia


El crimen es documentado con descripciones escritas, fotos, videos y dibujos.
Los detectives entonces se mueven cuidadosamente alrededor de la escena tratando de establecer qué pasó y en dónde. El lugar del crimen es documentado con descripciones escritas, fotografías, videos y dibujos. Los investigadores primero apuntan a las áreas donde el contacto puede haber sido más probable; puertas o ventanas por las que el sospechoso pudo haber entrado o salido; alacenas, gavetas, cajas de seguridad u otros lugares en donde se guardan cosas, particularmente en casos de robo.

Independientemente de la extensión del escenario del crimen, es necesario que los investigadores busquen dentro de su límite. Los investigadores repasan sistemáticamente la escena del crimen buscando información. Cruzan el territorio en forma de cuadrícula, espiral o haciendo un recorrido lineal como un granjero ara un campo. La tarea inicial es concentrarse en la evidencia física que respalda las teorías iniciales de los detectives. Por ejemplo, marcas de herramientas dejadas en una entrada forzada, huellas dactilares dejadas por el intruso o ciertamente, manchas de sangre. De hecho todo lo que ayude a los detectives a reconstruir los eventos que pudieron haber sucedido.





Reuniendo la Evidencia


Las piezas de evidencias de la escena de un crimen son recolectadas y guardadas en recipientes especiales.
La evidencia más vulnerable es la que se recoge en primer lugar. Generalmente esto se refiere a las cosas que pueden estar a merced de los elementos; el viento por ejemplo, puede desplazar un cabello. Las fibras y cabellos son reunidos usando recursos de luz que alteran el contraste y destacan hasta las más diminutas partículas de hilachas. Estos pueden ser transferidos a envases usando pinzas.

En lugares interiores, alfombras enteras son aspiradas usando bolsas de basura nuevas para demarcar cada área. Este material puede ser tamizado para rastrear evidencia vital. Las huellas dactilares son fotografiadas y rociadas con polvo que se adhiere a cualquier depósito aceitoso y revela el patrón en espiral de la huella. Entonces se puede tomar una copia de la huella usando papel adhesivo. Estas bandas transparentes son colocadas sobre la huella momentáneamente antes de ser desprendidas, lo que proporciona a los investigadores una reproducción exacta de la huella dactilar para llevar al laboratorio. Toda la evidencia es empaquetada separadamente y sellada herméticamente para salvaguardarla de contaminación por contacto accidental.



Equipos

Herramientas Utilizadas


Equipamiento Forense
Los criminalistas utilizan un diverso surtido de equipos a fin de registrar hasta el último detalle antes de que algo sea alterado. A menudo se graban notas habladas en un Dictaphone, las cuales serán transcritas luego; también se usan cámaras para hacer tomas panorámicas y planos cerrados detallados de las heridas y de las piezas individuales de evidencia.

La evidencia forense se divide aproximadamente en dos categorías: física y biológica. La evidencia física generalmente se refiere a huellas, armas de fuego u otros artículos; la evidencia biológica es por ejemplo la presencia de sangre, cabello u otros fluidos corporales. A menudo se ponen tiendas de campaña en los sitios exteriores para prevenir que la evidencia sea destruida por los elementos.

Fuentes de luz alternativas como la ultravioleta y la infrarrojo son utilizadas con frecuencia para recoger evidencia tales como fibras, las cuales pueden no ser perceptibles a simple vista. Los analistas de huellas exponen las huellas dactilares con polvos, o hacen copias de muestras individuales con cinta adhesiva.

También se utilizan equipos de vaciado para hacer impresiones de huellas de autos, pisadas, y marcas dejadas por herramientas; la evidencia forense diminuta es reunida por los investigadores haciendo uso de pinzas y estropajos de algodón.




Análisis

El lugar del crimen puede contener una cantidad enorme de claves susceptibles a ser rastreadas. El trabajo del analista es separar las claves incriminatorias de las circunstanciales.

Balística

Los primeros casos de identificación de armas de fuego tuvieron lugar en 1835 en la ciudad de Londres. Los crímenes por armas de fuego han aumentado de manera desbordada desde entonces, pero también lo ha hecho la comprensión de los criminalistas en materia balística.

Una vez que el arma ha sido disparada existen toda clases de vías que los investigadores pueden perseguir para dar con el culpable. Las cubiertas de las balas y las balas en sí mismas revelan bajo el microscopio los signos delatores. Los expertos buscan las marcas de estrías para distinguir qué arma fue utilizada para impulsar la bala. También es posible seguir la trayectoria de la bala alineando los hoyos dejados por ésta y los puntos de entrada, a fin de determinar el lugar exacto desde donde fue disparada la bala.



Análisis de ADN

En 1986, se usó por primera vez el ADN para solucionar un crimen; la muerte de dos chicas en Leicestershire, Inglaterra. El proceso ha sido refinado desde entonces. Ahora los analistas pueden identificar el color del cabello de un sospechoso a partir del ADN y los expertos predicen que pronto será detectable también el color de la piel y las características faciales.

Muestras de ADN encontradas en la escena de un crimen son a menudo muy pequeñas para ser analizables. Los equipos de Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR, según sus siglas en inglés) utilizan la manera natural en la que el ADN se copia a sí mismo y lo amplifican, proporcionándole a los criminalistas hebras replicadas de ADN que son utilizables. Este gran avance en la tecnología genética también ha ayudado a resolver casos que habían permanecido sin resolver por años. Ahora los llamados “casos fríos” están siendo abiertos de manera rutinaria e investigados con técnicas forenses modernas; algunos de estos datan de los años 50 y más allá.



Perfiles de Personalidad

Los analistas psiquiátricos estudian las claves que rodean al crimen para valorar el estado mental de un sospechoso.

Los expertos observarán por ejemplo: · ¿Cómo el perpetrador pudo haber obtenido el acceso para cometer el crimen? · ¿Cómo fue asesinada la víctima. De manera violenta, furiosa, o quizás de manera ilógica? · ¿Intentó el sospechoso cubrir las pistas de algún modo? · ¿Qué fue lo que atrajo al sujeto a cometer este crimen en particular? · ¿Existe alguna clave en el tiempo o lugar que pudiera servir como indicio de una fantasía u obsesión en particular?

Visto en la fría luz del día, puede contribuir a esbozar una imagen confiable del criminal, a pesar de que su verdadera identidad sea totalmente desconocida.







Huellas Dactilares

Esencialmente, la punta de nuestros dedos son únicas. Las formas que hacen son conocidas por los analistas de huellas como arcos, espirales y vueltas. Esta última es la más común, las huellas en forma de vueltas cuentan para un 60% de la población.

Los criminalistas toman impresiones de las huellas que se dejan en la escena del crimen y las comparan con las del sospechoso. A pesar de que el sistema de clasificación fue desarrollado tan pronto como 1899, todavía se utiliza ampliamente hoy en día. Sin embargo en la actualidad, las huellas dactilares son digitalizadas y archivadas en enormes bases de datos que pueden ser chequeadas en computadora para buscar huellas coincidentes en una fracción del tiempo que alguna vez le llevó a una pequeña armada de investigadores.



Fibras

Estamos rodeados por fibras: nuestra ropa, alfombras, la pelusa que se acumula en el auto en el que escapan los ladrones. En 1910, un oficial de policía francés, Edmond Locard, estableció el principio de que cada contacto que establece una persona, deja detrás una clave que puede ser rastreada. Su reporte constituye la piedra angular de la ciencia forense.

Utilizando el principio de Locard, los criminalistas que analizan fibras de la escena de un crimen pueden ser capaces de identificar los detalles más mínimos: tipo de ropa, fuente e incluso hasta el fabricante de la tela. A partir de una sola fibra, los analistas de fibra pueden probar de manera concluyente que un sospechoso estaba presente y pueden ayudar a encarcelar a alguien.



La Mente Criminal

Una técnica de investigación funciona con los pensamientos en vez de con evidencia física que se puede recoger y empaquetar.Los perfiles criminales inplican la valoración de lo que ha hecho el criminal, la motivación y la predicción de si lo hará otra vez.



Poniendo a Prueba el Cerebro

Existe una serie de pruebas psicométricas que están diseñadas para analizar el cerebro y determinar la capacidad mental. Las pruebas de Coeficiente Intelectual ayudan a los profesionales a evaluar la inteligencia del sospechoso y los procesos de pensamiento, mientras que las pruebas proyectivas ayudan a revelar los misterios de su personalidad. Estos exámenes permiten a los psiquiatras forenses sumergirse en las obsesiones del sujeto que pudieran tener alguna influencia en su comportamiento.

El más famoso es la prueba Rorschach, en la que el paciente describe una serie de manchas de tinta. Obviamente es imperativo que los psiquiatras forenses hagan un buen diagnóstico. Una diagnosis errónea puede poner en riesgo todo el juicio. Pero no es así de simple; para empezar, determinar la enfermedad mental sólo reposa en la profesión médica hasta cierto punto. Los psiquiatras sólo pueden aconsejar en base a sus hallazgos. La última palabra con respecto a la sanidad o insanidad del sospechoso, la tiene el juez y el jurado.

Decepción

Los sospechosos a menudo son propensos a simular defectos mentales y físicos para evadir la responsabilidad de sus acciones. Los psiquiatras estarán pendientes para captar durante las entrevistas algunas señales que pudieran darle la alerta de una simulación.

La mente criminal puede producir algunas tácticas engañosas, por ejemplo confesar un crimen menor para enmascarar un crimen mucho más serio, lo que efectivamente proporciona al perpetrador una coartada. El nerviosismo es una señal común de que el sospechoso puede estar mintiendo. El discurso rápido o titubeante, el sudor y el evitar hacer contacto con los ojos, son señales confiables de que el sospechoso puede estar mintiendo. De igual manera, el modo en el que se sientan, mueven y reaccionan al interrogatorio. Cualquier golpecito con los dedos o señal de inquietud, y la postura desgarbada o desplomada, usualmente destacan en el lenguaje corporal de quien tiene algo que esconder.




Delincuentes Reincidentes

En general, los asesinos están impulsados por algún motivo, bien sea dinero, algún tipo de venganza o para silenciar a un testigo con el que se desea enmascarar un crimen previo. Cuando un asesino en serie, violador o saboteador escoge víctimas al azar, los investigadores no pueden hacer más nada sino predecir qué es lo que el criminal hará como paso siguiente.

Uno de los más horribles asesinos de la historia fue Jack el Destripador quien aterrorizó el este de Londres en 1888. Sus asesinatos de prostitutas, aparentemente sin motivo, empezaron y terminaron sin ninguna advertencia. El hecho de que los crímenes nunca fueron castigados tan sólo contribuyó al mito. La ciencia forense ha evolucionado mucho desde entonces.

Tan sólo un siglo después, en 1989, el apuesto y encantador trabajador de la caridad Ted Bundy era ejecutado en Florida. Él asesinó a 15 mujeres jóvenes en un período de violencia que duró de 1974 a 1978. En este tiempo engañó a la policía y escapó de prisión dos veces, siempre volviendo a sus volátiles maneras de asesinar. Fue finalmente condenado cuando la parte acusadora hizo coincidir de manera exitosa sus récords dentales con las marcas de mordiscos que había en una de sus víctimas.





Crimen Verdadero

En la investigación de una muerte, cada día que pasa las pistas se ponen cada vez más frías. Pero con el robo de arte, mientras más tiempo pase los investigadores están más cerca de resolver el crimen. Estadísticamente, la mayor parte de los robos de arte requieren varios años o incluso décadas para ser resueltos.

Sabiendo que un trabajo recientemente robado puede ser reconocido hasta por el público general en un caso altamente publicitado, los ladrones a menudo esconden el arte durante un largo tiempo antes de intentar colocarlo en el mercado. Esta es la razón por la que tan sólo un 20% del arte robado es alguna vez recuperado. Mientras muchas casas de subastas, incluyendo las líderes como Christie’s y Sotheby’s, tienen como política chequear si algún trabajo artístico es robado antes de aceptarlo para la subasta, la ley no exige que esto sea obligatorio por lo que facilita que el arte robado se escape a través de las rendijas que proporcionan los establecimientos más pequeños.

De acuerdo con los hallazgos del Registro de Arte Perdido, el 54% del arte robado es localizado en catálogos de subastas, 31% por la policía, 6% por marchantes de arte y 6% a través de la búsqueda en el Registro de Arte Perdido. Vital en la lucha para exponer el crimen artístico, el experto científico es quien puede autentificar un artículo genuino o evidenciar una copia al examinar los más diminutos trazos de pintura. Equipados con la prueba del carbón, análisis de pigmentos y técnicas de rayos UVA fluorescente, estos especialistas pueden descubrir hasta las copias más profesionales. Por ejemplo, trata de hacer pasar una pintura como un Vermeer o un Velázquez cuando contiene pigmento azul de Prusia y puedes detectarlo, ya que el pigmento sólo fue introducido en 1704.


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jueves, 20 de mayo de 2010

El Crimen


Los asesinos, cualquiera sea el crimen que hayan cometido tienen cosas en común: principalmente sienten que les fue negado su lugar en el orden social.

También en las conductas antisociales existen concomitantes orgánicas. Hay lesiones cerebrales indetectables, congénitas o hereditarias, que producen perturbaciones en la conducta, o sea, zonas del cerebro afectadas que poseen un grado de irritabilidad que pueden provocar ataques de agresividad descontrolados.

Pero es cierto que la sociedad parece preparar el escenario del crimen y llegado el momento hay un criminal que actúa.

Los asesinos seriales disfrutan de sus crímenes, que satisfacen sus deseos de omnipotencia torturando a sus víctimas sin ninguna piedad, porque son indiferentes a su sufrimiento.

El pasado de los criminales en la gran mayoría de los casos es tortuoso. Son personas por lo general abusadas de niños por sus propios padres o parientes, sometidas a castigos despiadados, que han sobrevivido a duras penas a ese maltrato que los ha endurecido. Acumulan rencor y su vida se proyecta con el único fin de tramar su venganza.

Los medios de comunicación, la publicidad, la influencia de las drogas y el alcohol son fuertes estimulantes para personas con mucho resentimiento y con poco dominio de si mismos. No olvidemos que un asesinato vende y mucho más si tiene ribetes macabros.

Sembrar el terror a través de los medios de comunicación de una sociedad, proporciona beneficios pero no resuelve nada. La ola de pánico, el temor a la violencia, la exageración de los hechos para llamar la atención del público, genera en la gente fobia a ser secuestrado, asaltado o asesinado y la sensación de encontrarnos con un asesino suelto los vuelve paranoicos.

Pero hay que tener en cuenta, que las personas que tienen mayores probabilidades de cometer un asesinato son en la mayoría de los casos, un amante, un hermano, un padre, o un amigo, confirmándose en los hechos que de cada veinte muertes una sola es producida por un desconocido de la víctima.

En Argentina, en el período comprendido entre 1971 y 1995 se denuncian un promedio de veinte delitos cada mil habitantes por año, y la posibilidad de que sus autores sean inculpado es del 0.80% y la de ser condenado es de 0.08%; o sea que existe el 0.08% de probabilidad de ser protagonista de un delito pasible de condena.

Es decir que ocho de cada cien personas pueden ser atacadas gravementes o asesinadas por año, pero si calculamos solamente los delitos ocasionados por desconocidos ese índice baja a 0.004% o sea cuatro cada 100.000 habitantes en un año.

En Estados Unidos las probabilidades de ser asesinados por cualquier persona, familiares o no, son del 0.01%, y en Terranova, Canadá, un país donde el orden social es una característica distintiva, es de 0.001 %.

Los hombres son generalmente los principales asesinos y sus víctimas son habitualmente familiares.

¿Qué es lo que hace que unos se conviertan en asesinos y otros no, habiendo experimentado las mismas experiencias?

El punto de vista psicoanalítico sostiene que las personas incapaces de controlar sus instintos, son las que responden en forma reactiva a los traumas de la infancia; buscando una reparación, en tanto que los más fuertes hacen “formaciones reactivas” diferentes, comportándose de manera opuesta a la experimentada: reprimiendo la energía y desarrollando una neurosis o sublimándola, o sea, canalizándola en actividades socialmente aceptadas.

La gran mayoría de los homicidios se relacionan con la vida doméstica y el alcohol es el principal protagonista. La mayor parte no son planeadas, sino el resultado de discusiones que terminan mal y las posibilidades de ser asesinados en la propia casa son de veinte a una.

Un asesino se siente desconectado de la sociedad porque generalmente es de clase baja y no tiene nada que perder. Son individuos limitados, con defectos de carácter, violentos, que se manejan sólo emocionalmente sin razonar, y pueden llegar a matar por cualquier falta menor que consideran un agravio a su frágil y sensible identidad.

Alguien de clase media o alta puede premeditar un crimen y pagar para que le hagan el trabajo.

El homicidio dice mucho de una cultura. Las tensiones diarias, el stress, los desacuerdos, los antagonismos, la ambición, la codicia, las tentaciones, provocan un estado depresivo que genera violencia y adicciones, o sea los componentes básicos que se necesitan para cometer un crimen.

En países que sufren condiciones de pobreza extrema donde grandes sectores de personas carecen de lo esencial, y de oportunidades para su desarrollo; los índices de muertes violentas se incrementan.

Psicología Criminal


La persona aislada y sin contención en su ambiente, tiene motivo suficiente, para ser un delincuente

El crimen es un delito grave social y también significa la violación de la ley moral. Es el acto cuyas consecuencias representan un serio perjuicio tanto para el criminal como para la víctima.

La Ley castiga y condena un crimen, separando de la sociedad a quien lo haya cometido, hoy en día con la intención humanística de darle la oportunidad de recuperarse. Ese es el espíritu de la ley aunque no siempre se logre.

La Criminología es la ciencia que estudia los fenómenos delictivos y al delincuente; según los conocimientos de la medicina, la psicología, la psicología social, la sociología, las estadísticas, las experiencias y la tecnología.

Todo crimen puede ser una reacción descontrolada consciente, inconsciente o simbólica frente a un estímulo y casi siempre tiene una motivación. Por alguna razón una persona ante determinadas circunstancias pierde el control y comete un delito.

El hombre es la única especie que puede controlar sus impulsos, característica que lo distingue del resto de los animales, sin embargo, ese mecanismo inhibidor en algún momento no funciona provocando una descarga impulsiva que no llega a pasar por la corteza cerebral e impide la oportunidad de reflexionar.

Desde el punto de vista psicológico un criminal es una persona con algún tipo de trastorno mental. En la gran mayoría de los casos se trata de personas que han sufrido experiencias traumáticas de abandono o abuso en la niñez que han alterado su proceso de pensamiento y su conducta o criados en un ambiente con valores opuestos a las normas que rigen en la sociedad en que viven.

Las lesiones cerebrales son comunes en las personas que tienen problemas de adaptación, aunque muchas veces no se lleguen a registrar. El cerebro es un órgano que aún no se conoce completamente.

Una mente criminal puede razonar coherentemente, como por ejemplo los psicópatas, pero con un razonamiento que parte de premisas falsas. Su modo de ver el mundo difiere del de la mayoría y no puede aceptar las reglas de convivencia, prefiriendo respetar sólo sus propios códigos.
No tienen sentimientos de culpa ni remordimientos y pueden pasar desapercibidos, comportándose relativamente en forma normal hasta que delinquen.

El diagnóstico de un psicópata es difícil, porque suelen ser muy inteligentes con una capacidad de razonamiento complejo pero se ponen de manifiesto cuando se descubre su idea delirante.

Las investigaciones realizadas con personas con reacciones antisociales revelan distintas formas de comportamiento según los trastornos de la personalidad.

Los que atentan contra la moral manifiestan anomalías del comportamiento sexual, como el incesto, la pedofilia, la gerontofilia, la bestialidad, el fetichismo, etc.; y también deformaciones del acto sexual como el sadismo, el exhibicionismo, etc.

Estas conductas anormales se presentan ya sea como impulsiones automáticas inconscientes, como excesos, o como obsesiones.

Las tendencias incendiarias o piromanías se manifiestan con bastante frecuencia en el comportamiento de los enfermos mentales, manifestación antisocial que tiene lugar casi exclusivamente en los medios rurales. Los epilépticos, los débiles mentales agresivos, los delirantes por actos de venganza, los desequilibrados psicópatas y los alcohólicos, son los candidatos potenciales para cometer este delito que puede tener consecuencias trágicas.

Ciertos homicidios son realizados en un estado de inconsciencia total o casi total. Por ejemplo en el caso de asesinatos durante estados de confusión o crepusculares epilépticos seguidos de amnesia posterior.

Existen actos homicidas perpetrados por enfermos demenciales o confusos, que no pueden controlar sus impulsiones agresivas debido a su debilitada inteligencia o a su oscurecida conciencia, como las reacciones homicidas de los dementes y de los confusos.

El homicidio puede también estar determinado por una motivación delirante, dependiendo de sentimientos o ideas de persecución, o de celos. Puede ocurrir que enfermos mentales con delirio pasional o de interpretación, o paranoicos reivindicadores, maten bajo el irresistible impulso de su delirio.

Los enfermos delirantes alucinados obedecen no ya directamente a sus impulsos sino indirectamente a las voces que oyen que les ordenan las ejecuciones.

El homicidio puede presentarse como una obsesiva impulsión a la cual el sujeto se resiste hasta el límite de lo posible, como en el caso del homicidio de los esquizofrénicos, que la mayoría de las veces parecen ser inmotivados.

El caso de los psicópatas perversos constitucionales plantea difíciles problemas médico-legales, ya que desde el punto de vista legal no se pueden considerar patológicos y que son punibles, aunque constituyan personas con desequilibrios caracterológicos o inmadurez afectiva.

Menos dificultades presentan en los peritajes médico-legales los grandes sádicos (vampiros, destripadores, asesinos de niños, etc.) monstruosidad patológica que se registra en sus crímenes en forma patética y cruenta.

LA AGRESIÓN DEL PSICÓPATA


EFECTOS DE LA AGRESION

Enojo y furia, aversión y disgusto, desprecio y resentimiento son afectos integrados internamente, y que sirven para expresar aspectos particulares de la agresión como una pulsión jerárquicamente supraordinaria.
La furia es el afecto nuclear de la agresión, paralelamente al papel de la excitación sexual como núcleo afectivo de la libido como un impulso. Las funciones más tempranas de la furia, es el esfuerzo para eliminar, en una forma violenta de reacción, una fuente de irritación o dolor. La furia, por lo tanto, es siempre secundaria a la frustración o al dolor, aunque su intensidad puede depender de características temperamentales. Una segunda función de la furia es eliminar un obstáculo o barrera a la gratificación. Aquí la frustración es más compleja: un obstáculo tiene que ser eliminado para alcanzar una fuente real o imaginaria de gratificación. Esto es lo prototípico para un tercer nivel funcional de la furia, evolutivamente más alto, concretamente, la eliminación del objeto malo; esto es, una supuestamente voluntaria (premeditada) fuente de frustración colocada entre el self y la identificación de una necesidad.
Otra consecuencia de la fijación estructural de la furia en forma de odio es la identificación inconsciente con el objeto odiado. En lo que respecta a la relación objetal internalizada del odio es que de un self dolorido, empobrecido, relacionado con un poderoso, frustrante, voraz y sádico objeto, la identificación inconsciente tanto con la víctima como con el victimario explica la intensificación de la relación real con el objeto frustrante. Esto es, una dependencia aumentada en la realidad con el objeto odiado para influirlo, controlarlo, castigarlo, o transformarlo en un objeto bueno, y al mismo tiempo, la tendencia inconsciente a repetir la relación con el objeto odiado con los roles invertidos, transformando el objeto odiado que domina, que devora, que frustra, que maltrata, en otro objeto dentro del cual la representación del self ha sido proyectada.
La misma personalidad antisocial puede ser concebida como una estructura caracterológica tan dominada por el odio que las idealizaciones primitivas escindidas no son posibles por mucho tiempo, el mundo está poblado exclusivamente por perseguidores sádicos, malignos y odiados, y para triunfar en tal mundo terrorífico sólo es posible volverse uno mismo un perseguidor maligno, como única alternativa a la destrucción y al suicidio. Bajo condiciones menos extremas, la identificación inconsciente con el objeto odiado y su traslado caracterológico a tendencias antisociales, la crueldad, desprecio y sadismo, puede presentarse en muchas formas. Una perversión sádica encapsulada y restringida puede representar una evolución de estos conflictos. Como Stoller señaló, la excitación sexual siempre incluye un elemento de agresión, y una perversión típicamente organizada expresa la necesidad de expresar en fantasía un trauma o humillación experimentado en el pasado en el reino de lo sexual.
La violencia física reiterada puede estar más estrechamente relacionada con la impulsividad que con la psicopatía en sí, aunque algunos psicópatas son a menudo impulsivos. No obstante, aceptar la idea de la conciencia inversa implica que no hay obstáculo interno para la violencia física en el psicópata grave, a menos que la violencia se vista en una situación dada como el menor de los males. La conciencia inversa facilita implicarse en todas las formas posibles de violencia, contra personas, organizaciones, valores o ideales. Como la identificación del self real con el idealizado y destructivo se realiza a través de la acción destructiva, las fantasías de grandiosidad y omnipotencia pueden inducir una confianza total, la cual a su vez puede conducir a actos impulsivos y desvergonzados.

¿POR QUÉ SON PSICOPATAS?


Orígenes

Cloninger postuló tres mecanismos mediante los cuales se produciría la interacción entre genética y ambiente, para generar la psicopatía:


* 1. El modelo aditivo, en los que la genética y el ambiente actúan independientemente.


* 2. El modelo interaccional, en donde el genotipo actuará de manera diferente según sea el ambiente.


De acuerdo al grado en que se hace aparente la "personalidad sádica", Millon ha elaborado una "Escala del Mal" que nos puede dar una idea de la progresión de la alteración de la personalidad implicada en el crimen violento:
1. Personas que han matado pero que no son asesinos. Aquellos que han matado en defensa propia, y que no muestran psicopatía.
2. Amantes celosos, no psicopáticos, que asesinan en un "crimen pasional".
3. Cómplices de asesinos, guiados por impulsos, con algunos rasgos antisociales.
4. Los que matan en defensa propia, pero han provocado a la víctima.
5. Personas traumatizadas que asesinan abusando de parientes u otros (bajo acción de alcohol o drogas), y que luego muestran arrepentimiento.
6. Asesinos impulsivos, furiosos, sin psicopatía.
7. Asesinos narcisistas con un núcleo psicótico.
8. Personas no-psicopáticas que tienen una furia latente y asesinan cuando ésta estalla.
9. Amantes celosos con características psicopáticas.
10. Asesinos de gente "en la calle"; algunos rasgos psicopáticos.
11. Asesinos de gente "en la calle", con rasgos psicopáticos claros.
12. Psicópatas hambrientos de poder que matan cuando están acorralados.
13. Personalidades furiosas con rasgos psicopáticos.
14. Psicópatas con esquemas despiadadamente centrados en sí mismos.
15. Psicópatas de actividad intensa a sangre fría -o asesinos múltiples.
16. Psicópatas que cometen múltiples actos viciosos (por ejemplo, violaciones) con o sin asesinato de sus víctimas.
17. Asesinos seriales perversos sexualmente, la tortura no es la motivación primaria.
18. Asesinos-torturadores, en donde el asesinato fue el motivo primario.
19. Psicópatas impulsados al terrorismo, sometimiento, intimidación, y violación -antes de matar.
20. Torturadores-asesinos: la tortura es el principal motivo, pero en psicóticos.
21. Psicópatas preocupados al extremo en la tortura, pero sin pensarlo, asesinan.
22. Torturadores-asesinos psicopáticos, con tortura como motivación primaria.

En síntesis, podemos decir que la agresión en el psicópata varía según el tipo de psicopatía considerada, y según los ingredientes evolutivos y etiológicos. Básicamente, el psicópata frío presentaría las características comportamentales, interpersonales y biológicas compatibles con la agresión depredadora, ofensiva y premeditada. El psicópata impulsivo presentaría un tipo de agresión más reactiva y tal vez defensiva, pero sin características de autocontrol. Sin duda, los asesinos seriales y masivos pertenecerían predominantemente a la primera categoría.



PUNTOS IMPORTANTES COMO SINTESIS

Los Psicólogos y Psiquiatras Forenses los han perfilado genéricamente de la siguiente manera:

1. Normalmente se trata de hombres jóvenes (aunque también hay una lista de mujeres psicópatas que representan el 11%, de las cuales la mayoría son lesbianas –observación de correlación, mas no de causalidad)-.
2. La mayoría son de raza blanca.
3. Atacan preferentemente a las mujeres.
4. El primer hecho lo comenten antes de cumplir los 30 años de edad.
5. Infancia traumática por abandono, malos tratos físicos, psíquicos o sexuales.
6. Tendencia al aislamiento de la sociedad y tratar de vengarse de ella.
7. Tiene un mundo imaginario lleno de fantasías mejor que el real (dentro de su mente). No distingue entre la fantasía y la realidad.
8. Se siente amo del mundo.
9. Revive con cada víctima los abusos sufridos, identificándose con el agresor.
10. Tiene contacto personal con las víctimas: utiliza armas u objetos de diversa índole, estrangula, golpea. El uso de armas de fuego no es frecuente entre los psicópatas.
11. Finge emociones que no siente.
12. Busca su propio placer.
13. Solitario.
14. Manipulador.
15. Puede parecer sociable y de aspecto encantador.
16. Cree que todo le está permitido. Particular sentido de la libertad.
17. Se excita con el riesgo y lo prohibido.
18. Humilla a sus víctimas para recobrar la autoridad y realzar su autoestima.
19. Cuando su actuación es organizada (como el caso que nos ocupa), preparan sus actos minuciosamente sin dejar pistas, dificultando su captura. El psicópata desorganizado si deja pistas y comete errores, facilitando su captura.
20. Una vez capturados suelen confesar, a veces atribuyéndose mas víctimas, dado su afán de protagonismo y celebridad.
21. Tendencia lúdica a "jugar" con la policía, desafiándola y sintiéndose superior.